Qué trabajera!

Oigan ustedes, que no sabía yo que lo del blog me iba a traer a mí tanto trabajo, ni mucho menos, pero las horas y horas que pasa una delante del ordenador, pues el rato que no estoy leyendo estoy liada con ésto.

Estimado colaborador "anónimo", jejjejeje, gracias por los envíos, irán apareciendo sucesivamente en los distintos recovecos de la charquita.

Siempre Trayendo Guerra: gracias por la información, no tenía ni pajolera idea de la calidad de la camarita telefónica,la verdad es que cogi el móvil por el móvil en sí y no por la cámara, pero por poca resolución que tenga, la foto se ve bien así que creo que de momento no voy a cambiar. Cuando me vaya de expedición me llevaré la cámara buena, y ésa a lo mejor te parece algo de más calidad. (Por supuesto siempre las habrá mejores)jejejejjeejeje.

Pues lo dicho, yo os he hecho caso, y he puesto el blog más completito que todas las cosas. Mi hijo opina que me debería registrar un dominio y hacerme una página web, pero ése está completamente "grillao", y le gusta un ordenador más que a un tonto un lápiz, y todo lo que sea internet, más todavía. Ganó un concurso escolar con la creación de una página, y era de verdad una virguería, a ver si me hace la mía, y le pongo publi y me hago rica y tó.

Pero bueno vamos a dejar el cuento de la lechera, que de momento tengo una charquita de lo más animada, y todavía me queda mucho para tener el lago de los cisnes.

La verdad es que hoy estoy molida, porque llevo sin descansar desde el miércoles, y todavía me queda hasta el miércoles que viene, así que si mañana o pasado me duermo en el teclado, me perdonáis.

Hoy llueve, y está el día serio. Serio y triste. Hoy es uno de esos días en los que no quiero pensar mucho sobre todo no quiero pensar en mi madre, que sé que estos días se pone tontilla, claro que cuando la he llamado me ha comunicado que no hay problema, que sí que está con el ánimo y el lacrimal húmedo como el tiempo, pero que en vista de lo cual, se va a ir a comer por ahí con una amiga, que ya se sabe que las penas, con pan, son menos. (En el caso de estas dos, me da que más que el pan, va a ser unas costillitas o algo igual de consistente.)

En fin, que la vida sigue, y no nos podemos parar, ni debemos hacerlo.

Pero hoy estoy de verdad cansada y triste.

¡Mañana será otro día!