¡Hala, vamos a intentarlo! Vamos a entrar el 2010 con buen pie.
Claro que esto es un poquillo complicado si se quiere hacer todo lo necesario, pero todo y bien.
A ver, se supone que tengo que cenarme un plato de lentejas (que parece que no pegan mucho con los canapés que pensaba poner de entrantes, pero qué se le va a hacer).
Hay que poner un pescado asado en la mesa, pero ¡ojo!, hay que comerse la cabeza y no la cola (que digo yo, ¿no es mejor comerse el pescado en sí? Vaya desperdicio, comerse sólo la cabeza de un besugo al horno).
Tengo que tomarme de postre 12 uvas, que sumadas a las lentejas y a la cabeza del pescado ¡jo, qué asco!, me temo que me van a provocar unas cuantas visitas al baño. Para complicar aún más la estabilidad de mis intestinos deberé brindar con champán en el que previamente habré sumergido un anillo de oro para atraer la prosperidad y una fruta roja para el amor. Espero que la cereza no sea transgénica ni el oro radiactivo o algo peor.
Todo esto intentaré hacerlo encontrándome en estado de profundo sopor, atontada por el humo de las velas, a saber: roja para el amor, amarillo para el dinero, y alguna otra que ahora no recuerdo. Tampoco me facilitará guardar el equilibrio el hecho de que debería tomarme las uvas a la pata coja, con el pie izquierdo en el aire para entrar al nuevo año con el pie derecho.
No sé cómo me las voy a apañar para meterme las uvas en la boca, puesto que supuestamente las cogeré con la mano izquierda, mientras en la derecha sostengo dinero y las llaves de mi casa (supongo que para poder pagar un taxi, llegar a casa y salir corriendo al baño)¡Ah, no! es también por lo de la prosperidad y la seguridad de mi casa (lo siento, ya estoy hecha un lío).
Añadamos a esto la circunstancia de que estaré seriamente oprimida en mis partes más íntimas a causa de las varias capas de ropa interior de distintos colores que llevaré puesta para atraer también: el amor, la paz, la suerte, el dinero, la salud, la armonía familiar y no sé que más. De hecho creo que para facilitar mis movimientos, me voy a coser a las bragas una bandera del Orgullo Gay, y así ya llevo el arcoiris al completo.
También me hallaré un poco más p'allá que p'acá si previamente he hervido siete ramas de canela durante media hora antes de fin de año, he hecho un sahumerio con lavanda, romero y eucalipto, he prendido una varita de sándalo y mi casa está impregnada de aroma a basilisco que no sé cómo puñetas huele, pero me suena que bastante mal, si no es así, a ver porqué no hay colonia de basilisco ¿a que no la habéis visto nunca en ninguna perfumería? Pues eso, yo tampoco. Hecho todo esto no se si estaré protegida contra el mal de ojo, las tensiones, me habré asegurado la prosperidad en los negocios, la paz familiar y no se cuantas cosas más; ahora, éso sí, voy a tener un colocón del quince.
Y lo más grande de todo, es que a pesar del lamentable estado físico y mental en que me encontraré después de cumplir con todos estos rituales, si quiero que el año que entra me traiga abundancia de viajes, y ésto si que lo deseo de verdad, debería correr alrededor de mi casa ¡¡con una maleta llena de ropa!!
Vamos, ya os digo que no llego ni a la esquina, jejejjejeje.
Bueno, queridos blogueros, os iba a mandar mis reflexiones por e-mail, pero tengo la lista llena de correos con "Sugerencias para el Año Nuevo, y antes que nada voy a leerlos a ver si encuentro algún ritual de los innuit o de los samoanos. Porque puestos a hacer chorraditas, cuantas más, más me voy a reir.
¡¡Feliz Año 2010!! Paz, prosperidad y felicidad a todos.
Con los mejores deseos de Amaranta & Co.
BdS
DESENGAÑO
Hace 12 años