Mis gafas y yo

Hola, personas humanas, ya estamos en el veinte diez y esto está igual que antes, pero mira tú, por lo menos el número mola. De entrada hemos empezado el año con el día cero uno, cero uno, uno cero, número tonto donde los haya, pero majete. Y yo he empezado el año dándome cuenta de que mis gafas se me han hecho tan indispensables como los zapatos (sí señores, que con esto de la lluvia ir descalza resulta de lo más incómodo y además no pega con ninguna ropa, a lo mejor deberíamos ir en bolas, pero con la humedad reinante como que no apetece).

Bueno, pues el tema es que hace como un mes (o algo así,lo mismo hace más tiempo, yo la memoria reciente la tengo muy perjudicada), me dieron el notición de que o me ponía gafas de cerca (la edad no perdona) o me las ponía. Y punto.

Y yo toda obediente, me compré las gafas.

Al principio bueno, sí, vale, la novedad y todas esas chorradas, me las ponía cada vez que iba a leer o a usar el ordenador.

A la semana o así.... pues mireusté.. se me olvidaba ponérmelas. Ahora me doy cuenta de que veo menos que un gato de escayola. O sea, que me pongo en el ordenador y los primeros 10 kilómetros, perdón minutos, pues vale, bien. Esto quiere decir que miro a la pantalla poniendo caras raras, que arrugo la nariz y que vamos, que no veo un pijo.

Al poco rato me cabreo, me arrimo a "la tele" a ver si me entero de lo que estoy escribiendo y hasta me pongo de malhumor.

A los siguientes diez minutos empiezo a buscar las gafas como una posesa. Dado que mi memoria reciente, como ya he dicho está bastante perjudicada (posiblemente por el consumo de alcohol y otras drogas en mi juventud, y cuando puedo ahora también...jejjejejje...), pues no las encuentro nunca a la primera. ....Ni a la segunda. ......Ni, bueno, ya las he encontrado,... Que conste que las encuentro porque, conociéndome como me conozco, es decir, como si fuera o fuese yo misma, me compré una funda grandeeee y gordaaaa y pesadaaaaa (así como mi trasera últimamente, jejejejjee) y no tengo más gües que encontrarlas. Pero no son cómodas.

Nooooo, para qué nos vamos a engañar: las gafas no son cómodas, las gafas son un invento del maligno. Sí, sí, son muy útiles, pero incómodas como ellas solas.

De entrada tienen la mala costumbre de deslizarse sutilmente hacia la punta de la nariz. No pasa nada si hay nariz para sujetarlas, pero.... una que lo es .... es chata, es la cruda realidad: nariz cortita, torcida hacia la izquierda para más señas y respingada en la punta. O sea, nariz "antigafas". La mierda de las gafas se escurren, se quedan justo bajo los ojos (con lo cual no sirven para nada), y se anclan en el extremo inferior. Y ahí molestan. Es lo que hay. Molestan. A raíz de esto se produce el movimiento conocido como "niño que te veo", cuando lo realiza una maestra, o bien "cuidaíto que estoy al loro" cuando lo realiza cualquier otra persona. Este movimiento, como todos sabemos consiste en recoger las gafas de la punta de la nariz usando el dedo corazón de la mano derecha, elevándolas hasta el sitio correcto. (Los zurdos/as pueden usar la mano izquierda, por supuesto, y los pijos irremediables efectuarán el movimiento empleando el dedo pulgar, con el índice plegado y los otros tres estirados a tutiplén).

Esto de entrada. De salida las malhadadas gafas se empañan. No, no es que cojan un poquito de vaho, no. Es que se empañan un huevo, con lo cual se hace necesario limpiarlas cada dos por tres. Puede que en mi caso al ser naricorta y tener la mala, malísima costumbre de espirar (que no expirar, no me quiero morir todavía), por la nariz, mis gafas se empañen más de la cuenta, pero oigan, es que no gano para bayetas.

Así que lamentablemente para mí, y para vosotros que aguantáis mis tostones, resulta que lo más reseñable de mi entrada en el nuevo año es... ¡Gafas mías, sin vosotras no soy nada!!

¡¡Porca miseria!! Primero el Alzheimer y ahora ésto.

Los años no perdonan, aunque el número sea chulo.

Feliz veinte diez!!!!!

BdS