Empecemos suavito....

....no queremos cansarnos justo al principio de la andadura. Así pues vámonos de huelga (no, no he dicho de juerga, he dicho de huelga). Huelga como la de los transportistas, porque los que tendríamos que haber protestado hace ya tiempo somos todos. No sólo los camioneros, pescadores, chóferes de autobuses, no, todos y cada uno de nosotros puesto que ésto se veía venir.
No obstante Horus no quiere mediar en las negociaciones sobre el precio del gasoil, Horus se va a poner manos a la obra en el conflicto que en toda huelga se crea entre reivindicantes y afectados por la misma.

En estos días a la salida de los colegios se oyen comentarios sobre la situación que se está viviendo: los autobuses escolares en paro quiere decir que papá o mamá (o alguno de los abuelos, claro), tiene que ir a recoger a su tierno infante. Cierto que ésto se solucionaría si todos los niños acudiesen a un colegio cercano a su domicilio, de manera que los desplazamientos se realizasen a pie, pero ahí ya entra la libertad de los padres a escoger centros acordes a ....bla, bla, bla, y ahí si que Horus de momento no se va a meter. De momento, sólo de momento.

En fin, que papá o aquél al que le toque la china (normalmente es a mamá, pero bueno), se dirige al cole, con su coche propio, claro está, no se le ocurre apañarse con la vecina del 7, que así ahorrarían combustible. Que mire señora, que el 15% de gasolineras ya están desabastecidas. Luego está el tema del aparcamiento. Ésto en huelga va en progresión geométrica: que antes había doble fila, ahora la hay cuádruple. El tiempo perdido, la dificultad para compaginar los horarios.... No cabe duda de que los afectados lo están y mucho. Pero ¿qué hay de los reivindicantes? Está claro que hay motivos objetivos de sobra para la protesta: los costes que genera cualquier servicio de transporte son duros de soportar por los autónomos si nadie les puede garantizar el cobro de una tarifa mínima, el precio de los carburantes no para de subir, se encuentran con un impuesto aquí y otro allá. Ellos también están afectados y protestan porque es lo que tienen que hacer. Como dice Horus muchos deberíamos haber empezado a protestar ya, pero siempre nos pasa igual: nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.

Quizás no logren la mayoría de sus peticiones, no es fácil poner de acuerdo a los negociadores de uno y otro bando, ahora bien, si esta huelga sirve así sea lo mínimo para que empecemos a concienciarnos de la realidad que nos toca vivir, bienvenida sea.

Horus le pide a los afectados un poco de paciencia y comprensión, sabe que la situación es incómoda, pero los transportistas tienen derecho a poner sobre el tapete sus problemas y la huelga es la manera más efectiva de conseguir que les escuchen.
A los reivindicantes, Horus les ruega que cuando se sienten a negociar tengan la mente abierta y el ánimo dispuesto, que no bloqueen las conversaciones si no pueden conseguir todo aquello que desean a la primera. Que no olviden, en fin, que cualquier recorrido empieza con un paso hacia adelante.

BdS