Habla Horus

Habla hoy Horus, porque su deidad se siente ofendida. La petarda de Amaranta ha absorbido todo el protagonismo del blog, permitiéndose incluso, la licencia de poner reglas. Habida cuenta de que el blog se intitula "La Hora de Horus" un divino servidor se pregunta porqué la tía ésta habla sin parar y restringe su función (la de Horus) a un pobre comentario o dos.

Y habla hoy Horus para mediar, labor que es inherente a su divinidad, en un grave conflicto de intereses que atañe a la sociedad española en su totalidad. Cree Horus que debería ceñirse a los conflictos egipcios que a fin de cuentas era lo suyo, pero como ahora tiene la residencia comunitaria (por matrimonio espiritual con Amaranta) en este país, pues va a escarbar en los problemas españoles un poco.

Ha observado Horus, un poco asustado, que el paro sigue subiendo. Ha observado Horus que un montón de inmigrantes se están acogiendo a las facilidades que se les brindan para el retorno a los países de origen. Y se pregunta Horus: si el negro o el sudamericano, o el moro que hacían un trabajo (supuestamente para algunos robándoselo a un español) se va, ¿por qué no entra un español a hacer ese trabajo en esa empresa?

Horus sabe bien que muchos ya se han ido: le basta con observar en el negocio de Amaranta el día a día y con oír a muchos decir: adiós "doña Irma" o "chao mamita" o tal vez "Immam, volveré algún día Inshallah", que de todos esos modos tan bellos llaman por ahí a Amaranta, y ella no se ofende ni mucho menos, que le alegra que sus clientes asimilen su nombre a su propio modo y costumbre.

Pero también sabe que hay muchos españoles que realmente no quieren trabajar. Asi de claro y diáfano. Sabe de muchos españoles que se pasan horas mirando en los periódicos, buscando en internet y acudiendo a entrevistas. Y que luego salen quejándose de que le ofrecen un sueldo bajo, de que hay que echar muchas horas y excusas por el estilo.

Y también sabe que hay gente que no tiene miedo a mancharse las manos en el campo, o en un taller, y que no se avergüenzan de sudar y ducharse para quitarse la suciedad, no para "hidratarse, rejuvenecerse y cuidar su piel"

Por éso, a pesar de todo se alegra de que alguna gente siga teniendo trabajo y trabaje duro. Se alegra de que no les falte un potaje en la mesa diaria. Y a riesgo de ser considerado un déspota, también se alegra de que a algunos "señoritingos" les apriete el nudo de la corbata. A lo mejor, piensa Horus, se dan cuenta de la realidad de la vida.
A lo mejor se enteran de que los cerdos no se atan con longanizas ni aquí ni allí. Y, a lo mejor, y lo más importante, aprenden a remangarse y enfangarse un poco. Y disciernen por un momento el significado de aquélla frase bíblica (si, Horus también ha leído la Biblia, es tan viejo que le ha dado tiempo a leer muchos libros): "Ganarás el pan con el sudor de tu frente"

A Horus sólo le queda una duda: ¿el autor de dicha frase omitió a propósito la continuación que sigue o se la censuraron? "Y cuando te ganes el pan con el sudor de tu frente, a lo mejor te enteras cacho cabrón de que no se puede vivir siempre del cuento, de que pagar un piso cuesta más de lo que vale, y de que fregar suelos no es cómodo. Te enteras de que si quieres un mejor trabajo, a lo mejor tienes que presentar un mejor currículo, y de que los cuatro diplomas que te han pagado papá y mamá a lo mejor no te valen para nada, porque hay quien tiene siete. Y a lo mejor hasta te das cuenta de que el trabajo no sólo ennoblece (para algunos envejece, embrutece y estropea la ropa), sino que además el trabajo es necesario.


Y Horus, tras este sermón se retira hasta otro día, que ahora van a llover las críticas y que puteen a Amaranta.


Lo siento chicos, pero es que no me ha dejado meter baza hasta ahora. Y lo más fuerte es que tiene mucha razón el jodío. Pero yo os quiero ¿vale?

Que ustedes reflexionen bien.

BdS (de Amaranta, claro, el canalla éste ni saluda)