domingo, 30 de noviembre de 2008

Pena

Pena y dolor.
Es lo que se siente cuando se recibe la noticia de que alguien a quien quieres con locura va a dejar de estar a tu lado.

Es por esto que llevo unos días sin escribir. Es por esto que tengo mi vida en un paréntesis, y no por cierto el del kit-kat.

Es lo que siento ahora mismo. Hace unos pocos ¡tan pocos, sólo tres! meses, a mi padre le diagnosticaron un cáncer. En principio las previsiones eran optimistas, estaba localizado el foco, podría responder bien a la quimio.... De segundas mejoró el pronóstico, estaba aún más concretado de lo supuesto en un principio, se podría aplicar radioterapia, siempre menos agresiva, disminuyendo a la vez la concentración de la quimio. Perspectivas halagüeñas. Bien, tendremos paciencia, le apoyaremos, le acompañaremos y disfrutaremos con él el mucho o poco tiempo que le quede.

Hace unos días un mazazo, a causa de un mareo, de su debilidad, el primer ingreso en el hospital, tras doce días sigue allí. Y hoy el segundo y más terrible golpe a nuestra razón y a nuestro corazón. Fallo renal, úlcera de estómago. No ha funcionado, no resistió el tratamiento. Su organismo, debilitado en extremo se niega a funcionar con normalidad.

Sedación, cuidados paliativos, es lo único que se puede hacer. Y es lo único que queremos admitir.

A ese hombre maravilloso, que hizo todo lo que pudo y supo por nosotros, por favor, que nadie lo use como conejillo de indias de supuestos tratamientos milagrosos. Que nadie venga a postular remedios imposibles. Afortunadamente hemos dado con médicos conscientes de su labor. Si no pueden vencer a la enfermedad, cosa que no siempre es posible, entonces van a tratar de hacer más llevadera la vida del paciente.

Gracias a ellos, que intentan aliviar los sufrimientos de aquél a quien yo quiero tanto, y tanto me ha querido a mí.
Gracias a la vida por el tiempo que estuvo a mi lado, y por todo lo que hizo por mí. Gracias por su vida.

Sólo deseo verle irse en paz, sin sufrir, sin dolor.
No creo en el más allá, me basta con lo que tuve en el más acá: su cariño, su apoyo, su ayuda, incluso sus broncas, tiene genio mi papi, jejejejje.
Y es un tío cojonudo, y en mi recuerdo será siempre un tío cojonudo (aunque a veces me pusiera de los nervios, la verdad es que yo a él también).

Y como no creo en películas redentoras y tal y cual, no creo en el sufrimiento purificador, ni chorradas por el estilo, no admito que vengan a decirme que el dolor y la enfermedad son una prueba para su alma o gilipolleces semejantes.

Mi padre es un tío genial, ha trabajado toda su vida para tener a su familia lo mejor atendida posible, ha querido a sus hijas y a sus nietos con locura, y más aún a su mujer. Ha dado la lata también, ¡coño, claro, es un ser humano! Con sus virtudes y sus defectos, con sus más y sus menos, pero ¡ojo! es mi padre.

El mejor del mundo, el mío.

Y lo único que deseo hoy y ahora es que termine sus días en paz.

Te quiero papá.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también poseo el mejor padre del mundo (son muchos, afortunadamente “los mejores padres del mundo”).

Me gusta tu entereza, me gusta como te tomas la vida, muy parecido a como la tomo yo... en toda su realidad, en momentos, crudarealidad.

Los cuidados paliativos una cara sonriente y una mano querida, es lo que para mi quisiera... al final.
No hay necesidad de sufrir para marcharnos ya lo hacemos cuando nacemos (aunque no lo recordemos) y a lo largo de la vida (eso si lo recordamos).

Te mando fuerza y cariño para soportar los días venideros.
Un beso Inma, de corazón...

Amaranta dijo...

Gracias Henry.

No es fácil, pero lo único que deseamos todos es que no nos lo hagan más difícil.

BdS

Anónimo dijo...

Como seres muy queridos que son nuestros padres nos queremos negar a la evidencia pero inexorablemente está ahí y es ley de vida. Palabras bonitas ahora, las justas, nos quedará la satisfacción y el recuerdo de haber contado con su amor y cariño en vida, y si se lo hemos agradecido con el ejemplo de nuestra vida a su imagen, seguro, seguro, que nos deja tranquilo de la labor bien realizada. Mi apoyo de corazón. Un abrazo.

Anónimo dijo...

coño, lo siento de veras joder. espero que lo lleves con la misma fuerza que aparentas y lo que tenga que pasar pase pronto y rapido.

Mis padres son muy mayores tambien y cualquier dia me vere igual que tu. Creo que lo tengo asumido pero a la hora de la verdad seguro que me supera.

Animo.

Anónimo dijo...

Que se puede decir en estos momentos? Darte todo nuestro ánimo, fuerza y cariño.
Yo pienso que la gente querida nunca nos abandona, siempre de una forma u otra estará junto a nosotros.
Todo mi cariño y un beso grande.