domingo, 14 de diciembre de 2008

10 dias y cuenta atrás

Cuenta atrás para la Nochebuena.

Para esa fatídica noche. No por nada, sino porque este año no será igual, ni parecida, ni de lejos.

Perooooo... lo dicho, hay que seguir adelante. Mi padre era un amante de la Navidad. Yo creo que no de la Navidad en sí, sino que era amante del sano disfrute de la vida y la Navidad se presta.

Se presta a las reuniones familiares (que en mi casa se han celebrado siempre "como Dios manda" por muy increyente que yo sea). Se presta a las comidas con los amigos, a las reuniones con compañeros o ex-compañeros de trabajo. Se presta en fin a la celebración de la celebración.

A la ilusión de los niños, a la sonrisa esperanzada, a muchas cosas que a todos nos gustan. Del mismo modo, claro está, se presta a la nostalgia, pero bueno, igual forma parte de la vida y del curso natural del tiempo, y hay que asumirlo.

De todos modos, en mi familia si hay que ser veraz, resulta que nos montamos una celebración familiar y una fiesta "en el pincho de una pita". Si mal no recuerdo, ya he mencionado alguna vez las juergas nocturnas en el patio de mi casa, que si bien es particular no es menos abierto a todo aquél que se sume de buena voluntad al jolgorio.

Ayer, mi día de descanso por excelencia, me fui al Rincón, podé algunos rosales, una dama de noche.... y brindé a la salud de mi padre. La casita de papá está lista para sentarse alrededor de la chimenea y asar castañas, o papas, o lo que sea con tal de estar juntos y disfrutar de un buen rato.

Vamos, si es que ya me estoy animando incluso a poner las dichosas lucecitas de navidad. Lo mismo esta tarde me acabo de animar y lo pongo todo "más bonito que un san luis", que nunca he sabido de dónde sale el que san Luis fuera bonito, pero por algo se dirá.

10 días y cuenta atrás!

Por cierto: saludos de Horus, que en estas horas bajas no quiere llevarme la contraria, pero como se supone (según algunos, que por estas fechas también cae su cumple), está un poco enfadado porque dice que él nació antes que Jesus de Nazaret y que a ver por qué yo no celebro su nacimiento con tanta parafernalia, con lo que llevamos pasado juntos.

Bueno, intentaré que no se cabree mucho y me ayude a adornar el arbolito.

BdS

P. S: para los entendidos en egiptología, que yo no lo soy, he buscado acerca de este tema, y me encuentro con versiones tan diferentes como el 21 de diciembre (solsticio de invierno), 25 de marzo (equinoccio de primavera), 27 de abril (ni pajolera idea)...... etc. etc. Así que he resuelto dejar que Horus celebre lo que le dé la gana, cuando le dé la gana, que para éso es un dios del Antiguo Egipto, y éso tiene mucho caché.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre me ha gustado la navidad, me gusta toda la parafernalia que necesita, para ser vivida... disfrutada.
Las calles llenas de luces, del color rojo, de gente yendo y viniendo, de atascos comerciales, de comidas copiosas, de bebidas igualmente, de buenos deseos, de reuniones familiares... de gastos desmesurados (innecesarios).

Me gusta la jodida navidad, ahora es distinto (como cada año imagino) pero estos últimos “mas distintos”.
La muerte o la vida te van quitando lo que vas logrando a lo largo de tu vida. La muerte, la más insolente, te quita lo que te forjó como persona, también lo que “escogiste” para envejecer, te arrebata seres que son importantes... convirtiéndolos en recuerdos.

Y la jodida vida te “arrebata” lo que mas quieres los seres por los que matarías.
La vida los extrae de tu “cobijo” para que inventen... su vida.

Me gusta la navidad aunque ahora sea “diferente”... es imposible poner el freno a la vida, mucho menos, se deja frenar la muerte.
Los cambios forman parte de nuestra existencia y las ausencias… provocan cambios.


FELIZ NAVIDAD... corazón.