Voy a desbarrar

Voy a desbarrar porque no encuentro un tema decente sobre el cual escribir. Eso quiere decir ni más ni menos, que como no hallo nada ajeno a mí sobre lo que opinar, me voy a sacar del magín algún tópico y a diseccionarlo. Lo siento por vosotros, que ya sabéis que estoy un poco más p'acá que p'allá. A fin de cuentas, la culpa es de los periodistas que no publican nada interesante.


¡Ah!, encontré el tópico: periodista. Éso no existe. Entendámonos, no existen periodistas como nos gustaría que existieran. Periodistas que publicitaran con periodicidad noticias, y a ser posible, noticias que mereciera la pena leer. La primera que no respeta la periodicidad soy yo. Éso es cierto, aaahh, pero yo no soy periodista, yo soy a tiempo parcial "bloguera", algo que al parecer molesta mucho a algunas entidades de tipo humanoide, a las que ya no sé si llamar personas.

Lo que ocurre es que los periodistas no publican buenas noticias periódicamente, sino cuando les salen, o sea que no las buscan, o sea que no son buenos periodistas. Lo siguiente es el tema "noticias". En este país, paraíso del absurdo, edén de chulos y folclóricas, de top models sin modelar y de ex-novios de la hija secreta de la ex-mujer del cuñado del tío de famosillos de medio pelo, a cualquier cosa se le llama noticia.

Y cierto que lo son, puesto que según mi querida RAE:

noticia.
Del latín, notitĭa
1. f. Noción, conocimiento.
2. f. Contenido de una comunicación antes desconocida.
3. f. Hecho divulgado.
4. f. p. us. Divulgación de una doctrina.

Es decir que si fulanita se acuesta con menganito y alguien lo cuenta, puesto que se trata de un hecho divulgado, en puridad es una noticia, pero....
¿Qué clase de noticias necesitamos o deseamos? Realmente, a mí me sirve de muy poco la noción o el conocimiento del contenido del cajón de la ropa interior del matrimonio Beckham, aunque al parecer, es algo realmente noticiable.

Claro que según me apunta Horus, tampoco me sirve de mucho la divulgación de las teorías económicas sobre la evolución de los valores de la bolsa de Tokio, o sobre el apareamiento de las ratas topo en los cultivos de África, bichos raritos y feos donde los haya, pero por otra parte muy curiosos.

A lo mejor resulta que soy yo la que no tiene ni pajolera idea de lo que de verdad constituye noticia, pero sigo pensando que prefiero ser informada de la evolución del conflicto palestino-israelí, antes que de la involución de los personajillos que trafican con su vida y milagros apócrifos, y luego se alteran por mor de las indiscreciones de una doncella despechada.

¿Qué opinan ustedes mis queridos lectores? ¿Hay buenos periodistas, hay malos periodistas, hay al menos algún periodista de los de antes, de los que buscaban noticias con el único y loable fin de divulgarlas para goce y enriquecimiento de su público?

Que ustedes lo discurran bien, yo ya he desbarrado bastante por hoy.

BdS