Más Historia de Málaga

Como habéis comprobado, ayer no hubo tiempo de escribir, porque el cuerpo no estaba para mucha tecla.

Aquéllos que no gustan de la Historia, o de las tradiciones, cuentos y leyendas, me perdonarán, pero como a mí si que me gustan voy a seguir posteando sobre la Semana Santa malagueña.
Aquí todo el mundo puede escribir lo que quiera..... empezando por mí misma claro.

La leyenda de la Sangre, la de la Soledad y otras historias, dedicadas a mi amigo Angel que las leerá cuando vuelva del desierto, a mi amiga Vicky, que desde la otra punta del mundo nos lee también, y a nuestra querida Gris, que por lo que veo disfruta con las historias de mi bella ciudad, a orillas del mediterráneo, aquí donde el aire huele a jazmín, a azahar y a dama de noche, y las olas ponen música a la vida de una ciudad alegre, cosmopolita y tradicional a un tiempo, y donde todo tiene cabida. ¡Que lo disfrutéis!


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Leyenda del Cristo de la Sangre.
Cuenta la leyenda que estando una jábega faenando, se desató una tormenta que parecía que iba a acabar con la vida de los jabegotes, estando en medio de tal vicisitud, vieron flotando un madero iluminado por un único rayo de luz en mitad de la tormenta, acercándose cesó la borrasca y asombrados, rescataron una imagen de un crucificado. La imagen sangraba por la herida del costado, como de si de un ser humano herido se tratase. Habiéndose calmado el temporal se dirigieron a la playa, depositando la imagen en una ermita cercana a la misma, desde donde entonces se veneró como Cristo de la Sangre.

Este novelesco suceso debió suceder hace muuuuuchos años, puesto que la Archicofradía de la Sangre tiene fechados sus estatutos en 1507. Así que échenle años (mejor dicho siglos).


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Historia de la vinculación entre la Soledad y la Armada.

Esto no es leyenda, sino historia registrada en los anales no sólo de la Iglesia, sino de la Armada.

Otra tempestad es la que justifica que la Armada siga a la Soledad y le dedique el canto de la Salve Marinera (antes la cantaban en latín: Salve, Regina Stella Maris, hoy en día en español: Salve Estrella de los Mares). Esto viene sucediendo desde hace unos 250 años de vinculación entre la Armada y la Soledad, mal llamada de Mena

Al parecer un buque de la armada española estaba en mitad de un temporal, sin avistamiento de faro o luz alguna que les guiase, cuando entre la bruma divisaron el tenue brillo del camarín de una iglesia, que por sus cálculos debía estar próxima al cauce del Guadalmedina. Guiados por esta luz, pudieron al final divisar el puerto de Málaga tras la tormenta. Una vez desembarcados, se dirigieron a Santo Domingo y tras mucho insistir con la comunidad Dominica, se dice una misa en honor a la Virgen de la Soledad, que allí recibía culto. Este hecho fué trasladado a Roma, puesto que en Sábado Santo, no se dice misa en ninguna iglesia. No obstante, la Armada española en aquellos momentos gozaba de poder y prestigio suficiente como para obtener del Papa la bula necesaria para celebrar esta misa. Algo que sólo sucede en Málaga en Sábado Santo, y viene sucediendo desde 1756. Sólo con el Vaticano II se suprime la celebracón de la eucaristía (no se comulga, para que nos entendamos.


Lo de la Soledad mal llamada de Mena, estriba en que el genial Pedro de Mena, nacido en Granada, pero autor de muchísima imaginería aquí en Málaga, talló el Cristo de la Buena Muerte original. Esta talla se perdió pero la cofradía siguió llamándose "de Mena", aunque el cristo actual sea de Francisco de Palma Burgos y la virgen de la Soledad de un autor anónimo antequerano del S. XVIII

Sea de Mena o no, la imagen es bellísima, súper sencilla (dentro del barroquismo de la Semana Santa de Málaga) y tiene una característica especial: el manto no parte de su cabeza con toca, rostrillo y velo, parte de sus hombros, y su cabeza está ceñida por un sencillo lienzo blanco. La imagen es muy pequeñita y preciosa.

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¿Muchos naufragios? Siiiii, a la altura de la desembocadura del Guadalmedina, la bahía de Málaga se vuelve muy, pero que muy traicionera en cuanto se desata un temporal. Y de estos naufragios, muchísimos debidamente documentados, como el de la fragata alemana Gneisenau, en 1900 el 16 de diciembre. El agradecimiento del pueblo alemán ante la actitud de los malagueños propició la construcción del puente que une hasta hoy día Santo Domingo con el pasillo de Santa Isabel, y que será llamado siempre por los malagueños "el puente de los alemanes". La historia de este naufragio, la tenéis aquí:

http://www.malagahistoria.com/malagahistoria/gneisenau.html

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Y una leyenda, un episodio histórico, otro poco de historia, ahora nos queda otra leyenda de la Semana Santa malagueña, quizás la más famosa, la de la virgen de la Amargura, la del bandido Zamarrilla


Juan Zamarrilla era un bandolero de Igualeja, su costumbre estilo Robin Hood de repartir parte de su botín entre los pobres de los pueblos alrededor de los que cometía sus fechorías hacían que la gente le respaldara, le ayudara y le escondiese cuando llegaban "las partidas" y fuese casi imposible que los soldados de Carlos III, allá por el 1800 pudieran apresarlo.

Pasó el tiempo, y finalmente cerca de Antequera consiguieron acorralarlo. Muertos todos sus hombres, sólo Juan Zamarrilla quedó vivo. Huyendo se topó con una ermita en el monte. Dentro estaba María Santísima de la Amargura, la imagen que hoy se procesiona en Málaga. Los soldados rodean la Ermita, Zamarrilla se encierra dentro... desesperado y devoto como era, se postra frente a la Virgen, y con lágrimas en los ojos le pide su perdón y su ayuda. Cuando ve que están a punto de entrar, el bandolero se oculta bajo el manto de la Virgen, muy pegado a ella. Los soldados entran... pero no lo encuentran. Después de un buen rato, extrañados por el misterio, se marchan, y allí queda, libre y a salvo Zamarrilla. El bandolero sale de su escondrijo, se acerca a la Virgen, la mira con ojos d agradecimiento, y saca de su zurrón lo único que en ese momento ya le quedaba: una rosa blanca. Cogiendo su propio puñal, lo clava con la rosa en el pecho de la Virgen, y entonces, atónito y con lágrimas en los ojos, asiste al milagro: la rosa blanca se tiñe en roja.

La segunda parte de la leyenda es si cabe, más romántica:

Arrepentido, el bandolero ingresa como monje y vive dedicado a los pobres, pero cada año, en aquel mismo día sube hasta la Ermita a depositar su ofrenda de una rosa roja. Pero un día, mientras pedía por los caminos, llevando esa rosa roja en la mano, es asaltado por otro bandido. Zamarrilla, ya viejo, pero aún con sus fuerzas, se enfrenta a él, pero sin poderlo evitar, recibe una puñalada mortal del bandido. Zamarrilla cae en tierra, y antes de morir, vé como antes sus ojos se le aparece la Virgen de Zamarrilla que le abre las puertas del Cielo... cuando levanta de nuevo su rosa roja para dársela a su Virgen, la rosa roja se torna blanca...


Leyenda, por supuesto, pero ..... "se non è vero, è ben trovatto"


Que ustedes lo disfruten.

BdS