éramos pocos en casa y parió la abuela.
O mejor dicho: éramos pocas las fiestas españolas y parieron los yanquis. "Jalogüin" ya está aquí.
La horterada de Halloween invade las calles. ¡Valiente memez!
En todos los pueblos y culturas del mundo siempre se ha dedicado un día al culto y la memoria de los difuntos. Antes, no hace tanto, cada pueblo celebraba esta fecha según su propia idiosincrasia.
Aquí en Andalucía, donde en los pueblos un funeral aún es una ocasión de reunirse la familia y allegados, y se termina (como todo se termina aquí) comiendo, bebiendo y contando chascarrillos y anécdotas, aquí digo, el día de difuntos era la ocasión en que te ibas al pueblo de tus ancestros, y con la excusa de poner flores en la tumba de un difunto (el cual, según mis creencias jamás iba a asomarse a oler o ver las flores), te reunías con un montón de primos, tíos y parientes más o menos lejanos a los que hacía un año aproximadamente que no veías. Te ponías al día de las bodas, nacimientos y demás del resto de la familia. En suma, en muchos casos (salvo excepciones en los que te tocaba sentarte al lado de la tía solterona y plasta, o del primo tercero pasado de vueltas y coñazo hasta decir basta), pasabas un día estupendo y hasta el año que viene. Era al fin y a la postre, una fecha en la cual se aprovechaba para apuntalar vínculos familiares relativamente lejanos que de otra manera se habrían perdido hace tiempo.
A mí personalmente me gustaba. Solíamos ir en estas fechas al pueblo de mi madre, allí están enterrados los restos de mis abuelos, de mi bisabuelo al cual conocí, era un día que pasábamos en la casa de mi tío, aunque vivía y trabajaba en Madrid, quiso siempre conservar ese cachito de tierra en su pueblo. Ese día todos los malagueños, nos íbamos a pasar el día con el "madriles". Aprovechábamos y visitábamos a una tía anciana, sin hijos, cuya alegría eran sus sobrinos, sobrinos nietos, y sobrinos-bisnietos, (mi familia materna es longeva por naturaleza). Era un día divertido, puesto que veíamos a primos y primas que habitualmente viven en otras ciudades, en pueblos distintos, nos hartábamos de reír y la vida sigue. La verdad es que aunque íbamos al pueblo con cierta frecuencia, y el madriles estaba más aquí que en Madrid desde que se jubiló, el día de los santos era algo especial.
Lamentablemente, el año pasado fallecieron mi tío, mi tía abuela y mi padre. Este año no hay día de los santos en el pueblo. No hay ganas, no hay ánimo.
Este año me voy a tener que tragar el "Jalogüin" de las narices. Y no por Haloween en sí. Sino por nuestra pérdida de identidad.
Halloween es una fiesta estadounidense. Típica, tópica yanqui. Y no pega, qué queréis que os diga, no pega. No pega que vengas de hacer una visita al cementerio (si la haces), o que vayas al bar del pueblo a tomarte unas cañas con tu prima que ha venido de Sevilla "a echarle un barridillo a la tumba de la tía Tal", y te llegue un niñato vestido de mamarracho macabro (o una niña vestida de hada que es peor ¿qué coño pinta un hada en Halloween?) y te suelte aquéllo de "Trato o truco".
¡Valiente memez! repito. Es como si pretendieran que a partir de ahora los Carnavales de Cádiz hubieran de celebrarse como los de Venecia. O la feria de Málaga como el Oktoberfest. O en la romería de Santiaguiño do Monte (Padrón, La coruña, recomiendo ir), en vez de pulpo a feira hubiera que comer hamburguesas.
Pues este año, como hace varios, los niñatos, incluído el miniamaranto, se van a colocar la careta y van a hacer el chorra. (Lástima de adolescentes, jejejejjee).
Y yo, en vez de irme a mi pueblo, que aunque yo no nací allí, lo consideraba mi pueblo, me voy a quedar en Málaga.
Porque no tengo dinero, que si no me iba con mi madre, que va a poner tierra, mejor digo agua de por medio, y se va 15 días a Méjico (Gris, no sabes la envidia que me da).
Así que ya está. Como me cambie el ánimo, llamo a alguno de mis primos y nos hartamos de comer huesos de santo y rosquillas de difuntos bien regaditos con anisete.
¡A la mierda el "Jalogüin"
BdS
DESENGAÑO
Hace 12 años